SE repite la historia por enésima vez, pero en este caso en su versión de entidad privada. Se trata de la dirección de un colegio de Málaga capital, con 700 alumnos-as, que se resiste a quitar las uralitas del campo de deportes, contra la petición de más de 80 padres y madres, aduciendo que no son peligrosas si no se manipulan. Aunque lleven ya más de 40 años instaladas, estén al aire libre a merced de los fuertes vientos que de vez en cuando nos azotan y de que presentan visibles desperfectos.
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