Paco Puche. Diciembre de 2016
En España se prohibió la importación y uso del amianto a partir del año 2002. Para el resto de la Unión Europea, a más tardar, se hizo en el 2005, aunque se empezó con esta medida desde 1983 en Islandia, con más de 20 años de diferencia. Muerto el perro se acabó la rabia. No tenemos problema… si el amianto que aún queda instalado no se manipula o se deteriora, al decir de los responsables de la salud pública.
Si la afirmación que da píe a este epígrafe es cierta, la sentencia de Mafalda es equivalente a la de un crimen perfecto, perpetrado sin ensuciarte las manos ni la conciencia.
Es evidente que es un problema al día de hoy. Bastará repasar la sucesión de enfermedades, muertes y días de vida perdidos de millares de personas en todo el mundo, que son registradas por las estadísticas oficiales de defunción (siempre muy discretas e insuficientes) y por las asociaciones de víctimas que proliferan en todos los lugares, rija es ellos o no la prohibición de su uso.
